Manual antisabotaje Vol. 2.019


Tengo la seguridad de que no soy el primero que se toma el tiempo para enlistar métodos a forma de guía estratégica para cuidarse del sabotaje, específicamente del más dañino de todos: el autosabotaje.
Quiero creer que hemos sido conmigo 2019 personas las que hemos visto la necesidad de enfrentar a ese bribón (seguro son más de 2019 los que han sufrido sus achaques). Esta de más de decir que en medio de la ironía del número y su utilidad (según muchos de ustedes forzada) este texto trata un tema serio y que concierne a muchos.

Para aquellos que el término sea una novedad, trata de un patrón de conducta que tomamos cuando estamos a punto de vivir una experiencia que puede generar un cambio en nuestras vidas (por lo general, positivo). Este nos provoca aferrarnos a nuestra zona de confort y dejar ir esa circunstancia por un temor excesivo al riesgo de fracasar (y en ocasiones de triunfar). En resumen, no es más que un pánico a lo inesperado que nos provoca autolimitarnos y buscar salidas en más de una forma absurda para no probar suerte ante lo que se muestra frente.

La había vivido la mayoría de mi vida a través de un temor al triunfo; dejaba a otros hacer las preguntas que a mí se me ocurrían, no aplicaba a programas o becas en las que mi perfil me aseguraba ser un buen candidato, entre muchas otras situaciones. Pero también la he vivido desde la otra cara: la del fracaso. Podría explayarme contándoles sobre cómo el determinismo me llevó a vivir un trimestre lleno de pasividad y falta de motivación para tomar decisiones, pero si quieren saber más de esa historia, lo pueden leer aquí. Por mi parte, prefiero darles una serie de consejo para que puedan poner una muralla no a sus retos y grandes desafíos de vida, sino a ese monstruo (más ruin que el Grinch) que ha estado merodeando en sus cabezas.

2. los dos datos aberrantes: en toda lista siempre hay datos que parecen fuera de lugar, generalmente son dos. Pues pasa lo mismo con nuestra cabeza. Generalmente la estrategia de autosabotaje y/o la idea que te lleva a accionarlo son las más inverosímiles en tu mente. Enumera (algo como lo que yo estoy haciendo aquí) los pensamientos y sentimientos que tienes frente a la situación y descarta las dos que veas cojear un poco. Elimínalas (con Raid mata insectos, de ser posible). Verlas en palabras, tangibles, frente a ti, te hará brincar el ojo de lo ilógicas que son.

0. la política 0: el real problema de sobre pensamientos no es que se nos llene la cabeza de más de una idea, sino nuestra incapacidad para solo profundizar en las que tienen algún rédito. Le damos la vuelta en nuestra cabeza a cada locura como si estuviéramos recorriendo en el Mario Kart una especie de calle en forma de óvalo, algo así como un cero (0). Si ya seguiste el primer consejo, sabrás qué priorizar y tendrás -como dice la famosa cuenta de instagram- #pazmipez.

1. uno/vez: evidentemente, si te concentras en una sola circunstancia intimidante en tiempo presente, resultará más sencillo, no consternarse frente a una ola de dificultades que quizá aún ni quiera tienes que ponerte a resolver. Así, por ejemplo, si te vas de intercambio, analiza primero los planes académicos, luego la residencia. Ya llegará el momento de ver si te toca comer o no atún durante el último mes de esa aventura. Tampoco te pongas a sufrir porque supuestamente te estarás obligado a dormir en el aeropuerto el día antes de tu regreso, porque no habrá presupuesto para la renta. Cuando pensamos en una cosa a la vez, los problemas son menos y la soluciones aún más.

9. la regla de los 9 minutos: esto no tiene que ver con comida, así que no se emocionen. Otro problema con los sobre pensamientos que llevan al autosabotaje, es que es evidente que provocan una ansiedad excesiva. No hay nada negativo en experimentar emoción (eso que llamamos nervios buenos). Pero trázate en la cabeza que si esa sensación que tienes en el pecho te aprieta por más de 9 minutos y te hace sentir que estás repleto de gases, a pesar de que no te pegaste un burrito en Charros, no trae nada bueno. ¿Qué hacer en ese momento? En lugar de tomarte una hepavionta, quizá sigue mejor los consejos enlistas aquí arriba.


De nuevo, me disculpo por el pésimo intento de incluir el nuevo año en esta entrada, pero en mi mente habían 2019 maneras y está era la que más se apegaba a mi ser. Y lógicamente no me iba autosabotear y no implementarla.

Feliz último día del 2018.
Estamos a tiempo. Mañana ojalá también.

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