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"Hola, hace ya un tiempo que no sé de ti: ¿quién eres?, ¿cómo te sientes?. Tampoco sé si te emociona volver a ese ambiente tan vertiginoso y algo loco que hay en cada rincón de la universidad. Te preguntaría por tu familia, pero sé que están bien. Lo están el 99.9% de las veces, excepto aquélla... 
Necesito libertad. Pero yo solo sigo llenando mi cabeza de preguntas un poco absurdas.

¿Me sigues queriendo? -ahí está una duda cojuda. 
No importa la respuesta, al menos eso no es lo que quiero sacar de ti hoy. Me basta y sobra con que me escuches, pero esta vez en serio. ¿Dónde? En el lugar de siempre; la hora la pones tú."

Ese fue el primer borrador. Aunque no lo crean, la gente de letras está un poco loca hasta cuando envía mensajes por whatsapp. A veces, son algo pendejos cuidando el detalle, pero ellos dicen que es para evitar confusiones. Más aún si se trata de amor o algo que se le quiere parecer. 

¿Amor? ¿Eso es lo que sentía? ¿Es capaz de amar a alguien? ¿De ganarle la carrera a sus fantasmas? 

Moría de miedo con cada palabra que escribía; y le aterrorizaba darle por error al botón de enviar.     

"Hola, hace ya un tiempo 

que no sé nada de ti".

Volviendo al punto, sabía que no se te haría demasiado raro recibir un mensaje así si venía de mí, sobre todo, sabiendo que te tengo acostumbrada a este tipo de extravagancias; para bien o para mal, decidí escribirlo. Luego soñé haberlo enviado por error, ver tu reacción, pero en medio de REM, mi subconsciente decidió abrazar la intriga y borrar el mensaje. Dejarlo en el olvido y mantenerlo en un recuerdo en medio de la neblina de memorias que teníamos por vivir en el futuro. Si teníamos que comenzar de 0, estaba dispuesto a hacerlo. 

Quizá mañana leas de nuevo este mensaje y te preguntes (y me pregunte) qué hubiera pasado si te llegaba. Pero esa duda no será más fuerte que la determinación por el futuro en tiempo presente que estamos a punto de construir.