5 años, 6 abrazos y 7 lecciones


Pese a que la ceremonia de graduación suele ser para muchos una simple formalidad, yo la veo como esa cereza que da vida a muchos postres y que magnífica el sabor de una buena pink limonade. La Universidad, en cada una de sus etapas, es como la ideación de un menú que se prepara para el más complicado de los críticos: la vida.

Más allá de lo laboral, estudiar una carrera universitaria nos tuvo que haber ido preparando para el adulting: para enfrentar problemas reales a tiempo completo y para ser independientes en nuestra búsqueda de sueños. Nos debió dejar como lección emprender en proyectos que mantengan viva nuestra pasión. También, nos regaló una consciencia de que no siempre se debe seguir el syllabus al pie de la letra y que la innovación es un plato que se sirve igual de bien frío que caliente.

Faltan ya nada más un par de meses para que se cumplan 5 años desde que, un fin de semana después de mi fiesta de graduación del colegio, ingresara al pre de mi Universidad Casa Grande. Consagré ese tiempo -desde el 17 marzo del 2014- a convertirme en un gran profesional, a veces sin la menor idea de hacia dónde me iba a direccionar ese camino y con la única certeza de mi pasión por las letras frente a los miles de estilos y la inmensidad de enfoques para aplicar la escritura.
El 24 de enero del 2019, día de la graduación, me costaba todavía responder la pregunta, pero pasados los años y la experiencia de media década encima, entendí que tenía los hard y soft skills para planificar y redactar cualquier tipo de contenidos. La incertidumbre es el condimento ideal de las carreras profesionales, sin su gusto a poco y deseo a todo, lo predecible nos dejaría un sin sabor al cabo de un tiempo. Lo único de lo que estoy seguro ahora, además de mis capacidades, es de mi propósito de poner mi talento al servicio de algo mucho más grande. De algo valioso.

Me he dado el gusto de tener un banquete de personas maravillosas por conocer, durante este período tan agridulce -más lo segundo que lo primero- de mi vida. Dentro de ese selecto grupo están los ahora profesionales de todas las carreras y facultades de la Universidad; profesores de planta y otros que solo pasaron una vez por las aulas y con los cuales pude intercambiar cierta complicidad dependiendo del caso. También debo dar un gran shout-out a mis amigos internacionales a los que tuve la oportunidad de conocer durante mi viaje a Cannes en junio 2018 y con los que la vida me juntó nuevamente unos meses después en San Francisco. Incluso agradezco al intelectualoide que conocí en Buenos Aires durante mi primer viaje académico y que me dijo que era absurdo tener un color y un número favorito; algún día le regalaré una corneta azul con el 4 estampado encima. Pero los verdaderos gestores de quien soy hoy en día y a los cuales dedico esos 6 abrazos a cocción lenta y suave por su apoyo son: mis dos mejores amigos de la carrera -ustedes saben quiénes son- que vivieron el estrés, las peleas y aguantaron las desveladas y el drama laboral; a la persona que confió y sigue confiando plenamente en mí, a pesar de haberme presentado a ella averiado y de la forma menos atractiva posible: viste en mí la luz y el fuego que quería resurgir y me acariciaste el alma, como un pastelero al decorar su mejor postre; y definitivamente los 3 abrazos restantes, se quedan en casa, con mis padres y mi hermana. Esto se los debo a ustedes. Es mi mejor regalo.

Bueno, no me queda más que darles paso a pasa mi receta.
Sazonaré los ingredientes entonces en 7 lecciones que puedo rescatar de esta aventura:
1. Disfruta el camino, confía en el proceso.
2. Haz que una idea te vuelva tan loco, que te quite el sueño toda la noche.
Bueno quizás sean como 2 semanas sin dormir, pero lo vale.
3. Colaborar siempre llena más que competir.
4. Busca otro grupo, encuentra nuevos talentos.
5. Entiende por qué la práctica funciona con o sin teoría.
6. Asegúrate de no hacer todo por inercia.
7. Ama y haz lo que haces.

A partir de ahora, también me pueden llamar licenciado si así lo quieren, pero, Giorgio chico raro,  Jorge y/o George se sentirán más vivos que nunca en la memoria y corazón de este graduado.

Comentarios

  1. Primera vez que veo tu blog, una maravilla! Felicitaciones y felicidades! Los Cuervos levantan cada día más su vuelo!

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