Torre Malvavisco - Una receta de liderazgo


Ingredientes:
- Spaghetti - el más firme que pueda encontrar (consulte a su mercader de confianza)
- 3 rebanadas de cinta scotch Transparente - luego pensará que hubiera sido más útil comprar doble faz, pero eso está en contra de la receta, así que no se atreva a intentarlo.
- 1 malvavisco - aquí el tamaño sí importa. Búsquese uno grande, que luego tendrá que ir desintegrándolo en pedazos más pequeños según su conveniencia. Le rogamos, entonces, que evite la tacañería.

Pasos:

- Acérquese a 2 personas con las que nunca haya interactuado en un tiempo mayor a un día. Procure que sean de nacionalidades completamente ajenas a la suya. La receta necesita mente abierta y esta es la mejor forma de llegar a ello. Si sus condiciones idiomáticas son limitadas, desespere: el éxito de este plato va más allá de la comunicación lingüística.
Gesticule, haga ademanes, practique sus clases de teatro, dibuje palitos y bolitas.
Todo se vale.

Le recomendamos, eso sí, no usar señales de humo. Nos preocupa su seguridad.

- Ahora intente que uno de los 3 integrantes se transforme en un líder, otro en un ayudante estratégico y el último en un laborioso colaborador.
Si le quedan dudas sobre este punto, le dijimos que "intente", si no surge un líder natural de su grupo, pues tendrá que ingeniárselas de otra forma.

O...

... Puede usted tomar ese rol
Sí, usted.

Nos adelantaremos a cualquiera de sus preguntas que impliquen falta de confianza propia y le diremos que no dude de sus capacidades y que se ponga en marcha, cargue sobre los hombros sus responsabilidades y motive a sus compañeros a hacer lo suyo.

Tal como le dijimos, no sea ingenuo y crea que el reto del liderazgo consiste en mandar o que tiene que ver con ponerse el compendio total de las tareas grupales encima suyo. Ser líder es saber trabajar en conjunto y todos los somos.

Unos más silenciosos que otros, unos más ansiosos que otros.
Otros con el deseo de mantenerse tras bambalinas. Y algunos con voces que se escuchan hasta fuera del anfiteatro.

Pero todos con un sentido de la empatía que supera los egos.

Le damos un consejo, más bien una pista: ¿Por qué cree que lo hicimos escoger 2 compañeros aleatoriamente sin relaciones entre sí? Pues porque cuando conocemos a alguien, inicialmente no queremos sobresalir, nuestra intención es aprender en conjunto, profundizar el uno en el otro y simplemente tener un buen rato.

Esta receta se trata de volver a las raíces, de asentar los cimientos sobre un concreto de confianza.
Luego, la torre malvavisco podrá ser más grande o no que otras.

Pero con este proceso usted aprendió a mantener sus relaciones en pie, desde una primer impresión y mantuvo la confianza firme en el grupo.

La torre tendrá en su cumbre una lección de liderazgo que es tan dulce, como una amistad con propósito y un postre antes de almorzar.

Lo invitamos a prepararla a su manera.

Saludos cordiales,
Su chefcito raro

Comentarios

Entradas populares