em inglês, in portuguese


Es más que obvio decir que existen una multiplicidad de estilos y niveles a la hora de escribir.
Yo ubico la escritura artística (no literaria per se) en el Olimpo. Entonces, teniendo en cuenta que escribir un ensayo, un email o cualquier documento laboral no resulta una misión imposible si tenemos bases en el idioma y conocemos las normas básicas de gramática y ortografía -sí, esas que nos comienzan a enseñar desde el tercer año de primaria.

No se corre con la misma suerte al escribir un cuento, un discurso o un poema.
La gramática poskinder nos queda corta.

No pretendo menospreciar las preferencia, ni las habilidades de nadie. Escribir académicamente presente sus complicaciones y requiere una concentración altísima por ratos largos, capacidad que no todos tenemos (me incluyo). Sin embargo, este nivel de escritura no requiere un conocimiento el dialecto cultural. Es decir, de la idiosincracia de la lengua y la profundidad que guardan su ritmo, entonación y demás rasgos característicos.

Les cuento esto porque hace poco (unas 3 semanas, quizá) inicié un curso de escritura de televisión.

¿La particularidad? Se dicta en inglés.

Ha sido una experiencia bastante positiva, porque he tenido suerte de complementar y profundizar conocimientos adquiridos en clases de guion que alguna vez tomé. Estructura, caracterización, propósito, etc, etcétera, etc. Y podría quedarme sentado (incómodo, pero con gusto) contándoles lo aprendido en estas semanas en horas y horas de lecturas, pero lo que más rescato es el valor personal y artístico que me ha dado escribir en otro idioma -particularmente en inglés.

La práctica me ha hecho no solo pensar en ideas, sino en cómo exponerlas, cómo llevarlas al papel en blanco y que no parezcan una traducción mal hecha. Es difícil profundizar en nuestro idioma seteado, hacerlo en otra lengua es un desafío más hermoso aún. A veces, frustrate, sí, pero hermoso.

Escribir y, sobre cualquier cosa pensar, en otro idioma también permite analizar cada rinconcito de nuestros recursos, hábitos y métodos que tenemos como escritores. En fin, nos da una pauta bastante clara de por dónde va (si no lo hemos terminado de conocer) o nos confirma nuestro estilo. Nos da noción de nuestra voz

Voy a tener que hacer un montón de sacrificios (lindos) para poder explorar mis maneras artísticas en inglés. El siguiente paso será estar inmerso en el portugués.
Del segundo, apenas tengo idea. Creo poder decir que conocía apenas tres palabras -del tiempo en que mi papá y mi hermana tomaron clases. Se retiraron terminado el nivel I, lastimosamente.

Eso fue hasta hace unas semanas que decidí ver por segunda ocasión 3%, la primera serie original de Netflix producida en Brasil y la segunda de lengua extranjera (considerando que hasta Club de Cuervos, todas su contenido inédito estaba en inglés). La serie me ha permitido tener un primer acercamiento al idioma.

Pese a verla con subtítulos en inglés, he comenzado a disfrutar de su sonoridad deliciosa y que arrulla, totalmente distanciada del cliché simplista que se hace cuando usando Portuñol. Es más que agregar sufijo "nho" a cualquier palabra. Es música, es ritmo es distinción. Espero poder profundizar mi "yo" escritor en esta lengua hermosa (¿cosa bien hecha?) apenas me sea posible.

Así que si en los próximos 5 años no me ven ir y venir de São Pablo, algo salió mal.
Más que seguro, se los haré saber por aquí.

La pregunta que creo que muchos se están haciendo -y si no, permítanme planteárselas-, es ¿por qué en inglés?, ¿por qué en portugués?. ¡POR QUÉ NO EN ESPAÑOL!

No vayan a pensar que decidí divorciarme del español. Amo mi lenguaje, su complejidad, su riqueza, su toque único. Pero Estados Unidos tiene un emporio televisivo con cadenas y señales donde encontrar una oportunidad es cuestión de creérsela. Con Brasil pasa prácticamente igual, además de ser un mercado en constante crecimiento. Es el Hollywood de América Latina.

Probablemente, la pregunta haya cambiado y la duda que tienen ahora es el clásico "¿por qué no haces de tu país un lugar mejor?". Agárrense para la respuesta.

(Y con ella, ahora sí, se viene la parte del crítica, por si la estaban esperando)

Ecuador es uno de los países con menor proyección del talento joven en la región y muchas veces si es que se llega a apoyar viene con esa "sapada" de querer pagar menos y ahorrarse un "billo".
Pura viveza criolla.
Culpemos aquí a la idiosincracia que tanto aplaudíamos minutos atrás.

En fin, para mí, mi carrera se resume en eso: irse, buscar mejor suerte y luego esperar.
Confiar en que los consumos cambiarán y que en nuestro país dejaremos de pensar en el chiste fácil, la patanada y la verborrea como medio de entretenimiento de masas.

Hay que apuntarle a cosas más grandes.

Toca mostrar lo admirable de nuestra cultura: ancestral, bohemia, híbrida.
Cosmopolita, pero tan propia.

La escritura, la oralidad y el arte nos pondrán en la lupa. Nos juzgarán.
¿Quiénes somos y qué queremos ver?

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