20 minutos


Los famosos deadlines son el pan de cada día de los escritores (de los que humildemente nos llamamos así). Por ejemplo, tienes dos semanas para escribir esta nota: investigar, indagar, corroborar fuentes, encontrar alguna primicia, sintetizar y editar, editar, editar y, OH SORPRESA, editar hasta que al fin quedes convencido. Tú o el corrector de estilo del medio al que entregas tu trabajo.

Escribir es una labor llena de dinamismo y vida; eso se lo debemos al tiempo.
Dicen que las obras maestras toman su tiempo -estoy totalmente de acuerdo-, pero eso no quiere decir que dejemos póstumo la entrega de nuestros máximos esfuerzos al texto en cuestión.

Escribir contratiempo, sin detenerse, soltando la mano y liberando los fluidos de la materia gris es un ejercicio que requiere carácter (obviamente) pero llena de diversión y desconcierto. No se imaginan las ideas que pueden salir cuando no sueltas el lápiz (o cualquier implemento de trabajo) durante 5 minutos y juegas con tu mente para que la mano no te duela y todas las palabras que articules generen un sentido básico y no sean pura verborrea. Quieres que termine, pero c

uando te dicen que estás contratiempo, quisieras extender el plazo y olvidas cualquier malestar o incomodidad y te lanzas a concluir la mejor de tus obras.

Luego te das cuenta que faltan artículos, por ahí te saltaste la mitad de un argumento y el final es demasiado abierto. Pero ya tienes una historia, de la nada, llena de pasión y con potencial para ser trabajada con mente fría y ver virtudes y sanar desgracias semánticas.
¿En serio no les parece divertido?

Gracias a ese método, nació mi cuento Cereal, el cual prometo publicar pronto y al que le guardo un enorme cariño, ya que es una de mis obras de ficción más sólidas nunca antes trabajadas. Mención especial a mi tallerista por guiarme en estes mundos de palabras acechadas contra el tiempo.

Debo confesar algo: de este tipo de ejercicios, con un deadline acechando a la vuelta de la esquina, nació también este texto que están leyendo.
Creo que es muy fácil descubrir cuál fue el tiempo que me tomó.

Hasta la próxima, quizá con cita previa y con más tiempo para "malgastar" gustosos.

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