"Contigo todo, todito, todo...


... pero a su tiempo."

Probablemente, el error más grande que he cometido a lo largo de mi vida es "vivir acelerado", y con eso me refiero a preocuparme por que las cosas se den al momento y no después de cumplir con ciertas instancias necesarias a la consecución de ese logro.
En fin, como se diría por ahí: me he preocupado tanto por el destino, que no he llegado a disfrutar del camino y de las sorpresas (buenas o malas) que este me ha presentado.

Consecuencia de ello, son las múltiples cagadas que he cometido y la formas tan precarias y con tan poco cuidado con las que he tratado de enmendar esos errores. Y en serio, eso me ha llevo a la conclusión de que no tiene sentido hacer lo que sea al apuro, si te va a tocar repetirlo sin importar el ámbito, y con la desventaja de sentir ahora una mayor presión en contra. Sea en el trabajo, en lo académico, en la amistad o en el amor, todo lo que se hace por cumplir al momento, se queda precisamente solo para ese momento.

Comprendido esto, el desafío queda en ponerse los pantalones, pensar en lo que hicimos, olvidarnos del "¿qué hubiera pasado?" y cambiarlo por la certeza de un "¿qué pasará cuando haga esto? y si dejamos a un lado cualquier pregunta y solo actuamos, todavía mejor.

Porque, créanme, yo me cansé de estar dolido, hecho "la víctima" de mis equivocaciones y creer que por hacer un "montón" de cosas al apuro iba a conseguir que todo vuelva a tomar su orden inicial. Para bien o para mal, la vida no es un juego lineal, es una estrategia divertida y alocada que funciona por ciclos y como dice el gran maestro Drexler, en donde todo se transforma. Y sí, hay que perdonarse, y hay que hacerlo de verdad de vez y para siempre, y luego aceptar el "veredicto" de quien está al otro lado, pensando que debe elegir libremente y que nada de presiones, ni cursilerías van a resultar o van a tener sentido alguno si aquella persona no repone la confianza que sentía hacia nosotros, antes de ser herida.

Hagamos todo, pensando en que la vida nos va a traer nuevos retos, alegrías y tristezas, y que tenemos que tener el tiempo suficiente para que hagan algo en nosotros, para que nos toquen de verdad. Tomarnos el tiempo de disfrutar y de sanar, dando fin a esa cultura del "necesito todo para ayer" y ser felices hoy. Sin fórmulas, simplemente haciendo esas cosas que nos logran sacar una sonrisa.

Entonces, hoy me pongo como himno
que si quiero estar con alguien, que si quiero estar contigo,
debo dejar de crearme películas en la cabeza
y escribir un libro con todas y cada una de las ocurrencias
que vayamos a vivir en el camino.

Y que el final se cuente solo y sea el que tenga que ser.
Porque ya me cansé de soñarte en tan solo 120 minutos de buena fortuna.
Quiero ser feliz a tu lado durante el tiempo que tú y yo nos queramos regalar.
Sin apuros, sin arrepentimientos. Escuchándonos y queriéndonos mutuamente.
Pero primero a nosotros mismos, para así amarnos el uno al otro,
ahora sí de verdad, verdad.

Y entonces así estoy: queriéndote,
queriéndolo contigo todo, todito, todo
pero a su tiempo... A nuestro tiempo.

Comentarios

Entradas populares