El helado antes del caldo


Creo que muchas de las personas que me conocen y/o siguen el blog, han notado que tengo cierta afición por el helado. Es un gusto adquirido a través de los años y las buenas amistades que me ha enseñado que siempre hay una manera de "escapar" y tomarse un respiro.

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Precisamente, ayer cumplí 2 meses de una largo respiro. Dos meses sin empleo, atribución que yo mismo me di y que constantemente repito a mis amigos:"soy desempleado por decisión propia".
La semana pasada después de cubrir a una amiga en su trabajo, me di cuenta que quiero que esa condición perdure por un tiempo más, que aún no estoy listo para volver a estar rondando por los pasillos de una oficina o atrapado en un cubículo.
¿No me gustaba el mundo laboral? Claro que sí, como todo tiene sus pros y su contras, pero es una situación con la que se aprende a lidiar en el día a día. Además en el mundo de la creatividad encuentras personas que te aportan tanto en al ámbito personal y profesional.
Obvio, siempre hay que saber con quién juntarse: las rockstars con el ego por los cielos, nunca le suman algo positivo a ningún equipo.

Pero mi decisión de mantenerme al margen de la vida de oficina, va más por el hecho de que estoy aprendiendo a manejar mi tiempo y a entender cuáles son mis prioridades de cara a la siguiente etapa de mi vida. Como ya les había contado en entradas anteriores, estoy por cumplir 21 y eso me hace entender que tengo que comenzar a ponerme las pilas, tengo que dejar de planear tanto y hacer más.
Y sí, hay que tener objetivos claros, pero también nos hace falta entender que la aventura del ser humano está en dejarse llevar, en sorprenderse y sonreír ante lo inesperado.

Fueron esas últimas líneas las que se me ocurrieron mientras estaba sentado "tomándome un respiro" y un helado a las 12 de la mañana, solo porque tenía antojo. Todo porque me comencé a cuestionar que había logrado en estos 2 meses estando en "casa": si había cumplido mi propósito de dedicarme más a fondo a mis proyectos personales, o si progresé en la práctica de un hobbie. 
La respuesta no era la esperada, pero no me terminó de disgustar: haciendo un recuento de mis pasos en los últimos 61 días me di cuenta que la lista de cosas que había hecho me agradaba y quizá todo lo que hice me había regresado a la "cordura" después de 6 meses de mucho esfuerzo y demasiado estrés. Escribiría uno a uno los ítems de la lista, pero podría resultarles aburrido.

Así que les dejo el que considero más importante de todos: aprendí. Y eso me da mucha satisfacción, porque creo que no hay nada mejor, en cualquier etapa de vida, sin importar la situación, que aprender algo que nos haga mejores profesionales y, si es posible, mejores personas.

Yo aprendí que necesitaba y que de ahora en adelante quería tener libertad mental en todo lo que hiciera.

Libertad para no sentirme atrapado en 4 paredes, para tener siempre claras mis prioridades, para darme el tiempo de hacer lo que se me pegue la gana, incluso si es comerme el helado antes del caldo. Tan solo porque eso me hace feliz.

Pd: No dejen de buscar oportunidades de aportar al mundo con lo que saben y les apasiona; mejor aún si de eso sacan un ingreso. Hasta la próxima

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