La fiesta acaba en 5


Imaginen que están en pleno arrebato durante una fiesta, con toda la energía del mundo y las ganas de bailar hasta al siguiente día. "La última y nos vamos" nos encanta decir, pero, en el fondo sabemos que tendremos la oportunidad de postergar el momento, de buscar más canciones en el playlist, de alargar la fiesta y disfrutar de unos minutos más de diversión.

Pero en otras, ese sencillamente no es el caso.


Tal como me sucedió el sábado pasado cuando estaba por contar mi experiencia en el +LetrasFest, evento al que fue invitado como panelista en la categoría Micro cuentos y en el que compartí escenario con grandes artistas locales: ilustradores, músicos y fotógrafos. Pasó que como en todo lo relacionado al ser humano, los tiempos no funcionaron tal como se planearon y se dio un imprevisto en la organización -que estuvo fenomenal, en su mayoría y hay que aplaudirlo-, y que me obligó a acelerar mi charla a tan solo 5 minutos. Exagerando, podría decir que fue toda una odisea. No les miento.

Al fin y al cabo, ese desvarío me hizo sentir más vivo que nunca, pues me obligaró a despertarme y activar un sentido del tiempo y espacio que dormía profundo a causa de los nervios de presentarme frente a un público que tiene toda la atención en ti. 
Todo el vértigo que sientes justo antes de subirte a la montaña rusa y que te pone al límite cuando tienes la oportunidad de salir por última vez y postergar la aventura. Aquí, no cabía más esa posibilidad y eso fue lo mejor que me pudo pasar. 

En esos 5 minutos sentí cómo los murmullos, el sonido del viento ingresando al lugar y  las miradas que iban y venía, tan ansiosas como yo, me ayudaban a sentirme dueño del tiempo, a utilizar las palabras precisas para condensar los temas y exponerlos casi acorde a lo previsto. Digo "casi" porque obviamente, en casos como estos, no queda más que priorizar. Y creo que lo hice bien, pudo ser mejor, definitivamente. Sin embargo, para una primera experiencia, que espero no sea la última, pude aprender algo valiosísimo.

Podría, ahora, ponerme a resumir la charla, transcribir los puntos que traté y los que dejé de lado para controlar el tiempo, pero creo que eso quedará para el día a día: no duden en escribirme y preguntarme, me encantará compartir un poco más con ustedes, pero haciéndolo más humano, más propio, más único y acorde a lo que en todos quisiéramos rescatar del +LetrasFest y nos va a ser más útil que una lista de consejos. De eso, ya hay mucho en internet.

Finalmente, a modo de "moraleja" y es algo que voy a repetir hasta el cansancio, hasta que resuene en sus cabezas como la última canción, como la rola con la que termina la mejor de las fiestas: no dejen de asistir a estos eventos, aprovéchenlos, disfrútenlos y, si pueden, hasta foméntenlos. Porque es la única manera de convencer a puristas escépticos, de que el arte es más que un trazo bonito con una poética descripción en un el marco de un museo con aire acondicionado. 

El arte es expresión, es verdad, es pasión, es todo lo que nos rodea. Y todo lo que, en el fondo, nos hace vivir.

Una vez más, gracias a todos por el apoyo: por más cliché que suene, sin ustedes esto no habría sido posible. Espero haberles devuelto algo, con esos 5 minutos, porque tal como dije hace ya casi una semana, yo escribo porque yo estoy agradecido, y esa es la historia que quiero que cuenten al recordarme. 

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